El chitón era una especie de blusa larga, sin mangas, recogida en la cintura por medio de un cinturón, que llegaba sin embargo a la rodilla y muy a menudo a los pies.
El himatión era una larga capa formada de una sola pieza de tela que se envolvía al cuerpo, corno lo hacen hoy los españoles con la suya. Los jóvenes llevaban de preferencia una especie de esclavina sujeta al cuello, llamada clámide. En la cabeza llevaban unas veces un canso bonete de fieltro llamado pilos y otras un sombrero de ala grande, el petaso, que se echaba hacia atrás hasta tocar en la espalda.
Para salir, se envolvía la mujer en un himatión, más amplío y de tela más flexible y más rica que el de los hombres. Existían trajes de todos los colores y dibujos; pero los más comunes eran los de lana blanca con franjas de color. El verdadero lujo de las mujeres consistía en las joyas. Las formas del peinado eran muy variadas. Las mujeres hacían uso de peines, diademas y hasta de afeites y cabellos postizos.
Hombres y mujeres se calzaban con sandalias, que es un calzado compuesto de una suela que se asegura con correas hasta la garganta del pie, gustándoles en extremo el cuero de color.
HIMATIÓN:
CLAMIDE:
si quieres ver más pincha aqui:ROMANOS:el vestido de los romanos
LOS EGIPCIOS
CLAMIDE:
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LOS EGIPCIOS
Los hombres:
Durante el aseo el hombre llevaba la cabeza descubierta, los pies descalzos, un taparrrabo corto, ninguna joya. Una vez concluído el aseo podía vestir igual, aunque tuviera que salir. Si lo hacía lo único que debía añadir a su atuendo era un conjunto de joyas, en las muñecas se ponía una o vario pares de pulseras, un anillo en el dedo y en el cuello un collar de perlas dispuestas entre cierres que imitan una cabeza de halcón. Si añadimos un colgante de jade o de cornalina suspendido en un largo cordón, nuestro egipcio ya esta presentable para sus visitas. Podía sustituir el taparrabos por un faldón ahuecado y calzarse unas sandalias. Lo curioso es que llevaban las sandalias en la mano o las ataban al extremo de un bastón. Se calzaban cuando llegaban a su destino. Durante el Imperio Nuevo se utilizaron más como calzado.
Las sandalias eran trenzadas con papiro, cuero e incluso de oro: se un extemo de la suela salia una tira que pasaba entre los dos primeros dedos y se uniía en el empeine a otras tiras que formaban una especie de estribo y se ataban detrás del talón.
Algunos egipcios llevaban vestidos que cubrían desde el pecho a los tobillos y se sujetaban con tirantes, su caída era recta y no llevaban adornos. Otros en cambio, la mayor parte, preferían el vestido plisado de lino, de dejaba el cuello ampliamente descubierto, moldeaba el torso y se ensanhaba en la base. Las mangas, terminaban ensanchándose. Por encima de este vestido se anudaba un ancho cinturón hecho con una faja plisada de la misma tela y se arreglaba la caída de modo que qudara una especie de delantero triangular.
El traje de gala se completaba con una gran peluca rizada que se ceñía perfectamente a la cabeza, y con un muestrario de joyas, collares y gorgueras, pectoral de cadena doble, pulseras, brazaletes y sandalias.
Este tipo de atuendo era para las clases altas los campesinos y artesanos se contentaban con un taparrabos recto, sujeto por un cinturón de la anchura de una mano, sin bordados ni detalles, aunque también les gustaban las joyas y a falta de oro utilizaban atavíos de ceramica y de bronce.
Durante el aseo el hombre llevaba la cabeza descubierta, los pies descalzos, un taparrrabo corto, ninguna joya. Una vez concluído el aseo podía vestir igual, aunque tuviera que salir. Si lo hacía lo único que debía añadir a su atuendo era un conjunto de joyas, en las muñecas se ponía una o vario pares de pulseras, un anillo en el dedo y en el cuello un collar de perlas dispuestas entre cierres que imitan una cabeza de halcón. Si añadimos un colgante de jade o de cornalina suspendido en un largo cordón, nuestro egipcio ya esta presentable para sus visitas. Podía sustituir el taparrabos por un faldón ahuecado y calzarse unas sandalias. Lo curioso es que llevaban las sandalias en la mano o las ataban al extremo de un bastón. Se calzaban cuando llegaban a su destino. Durante el Imperio Nuevo se utilizaron más como calzado.
Las sandalias eran trenzadas con papiro, cuero e incluso de oro: se un extemo de la suela salia una tira que pasaba entre los dos primeros dedos y se uniía en el empeine a otras tiras que formaban una especie de estribo y se ataban detrás del talón.
Algunos egipcios llevaban vestidos que cubrían desde el pecho a los tobillos y se sujetaban con tirantes, su caída era recta y no llevaban adornos. Otros en cambio, la mayor parte, preferían el vestido plisado de lino, de dejaba el cuello ampliamente descubierto, moldeaba el torso y se ensanhaba en la base. Las mangas, terminaban ensanchándose. Por encima de este vestido se anudaba un ancho cinturón hecho con una faja plisada de la misma tela y se arreglaba la caída de modo que qudara una especie de delantero triangular.
El traje de gala se completaba con una gran peluca rizada que se ceñía perfectamente a la cabeza, y con un muestrario de joyas, collares y gorgueras, pectoral de cadena doble, pulseras, brazaletes y sandalias.
Este tipo de atuendo era para las clases altas los campesinos y artesanos se contentaban con un taparrabos recto, sujeto por un cinturón de la anchura de una mano, sin bordados ni detalles, aunque también les gustaban las joyas y a falta de oro utilizaban atavíos de ceramica y de bronce.
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